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Casi una hora y media de máxima tensión en Moncloa. En el cara a cara el pasado 16 de abril entre el juez Juan Carlos ... Peinado y el ministro Félix Bolaños saltaron chispas, tal y como revela el audio de aquel interrogatorio incluido en el sumario y al que ha tenido acceso este periódico. Hubo momentos de gran voltaje, pero los más importantes roces tuvieron lugar cuando el titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes se mostró vago en sus respuestas a las preguntas del instructor sobre su papel en la contratación de Cristina Álvarez, la asesora de Moncloa que durante años trabajó para la cátedra extraordinaria en Transformación Social Competitiva (TSC) de Begoña Gómez en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
«¿Quién le propuso para el nombramiento?», le preguntó en un momento dado Peinado sobre el fichaje de Álvarez como directora de Programas de la Secretaría de Presidencia, cargo oficial que todavía a día de hoy sigue ocupando. «Seguramente yo, vamos, seguro que yo», fue la primera respuesta del compareciente.
«¿Lo puede afirmar rotundamente?», le repreguntó el titular del Juzgado de Instrucción 41 de Madrid. «Como está contestando con cierto titubeo le pregunto si puede contestar y confirmar que fue usted el que la nombró», le afeó en cierto momento el juez. «Piense que hace siete años. Al ser yo el secretario general, es lo lógico que yo propusiera al señor Alfredo González, como vicesecretario general (el nombramiento de Álvarez). Yo creo que fui yo el que lo propuse, sí», volvió a responder Bolaños con cierto tono de inseguridad.
«¡Pero vuelve a decirme que lo cree, pero no lo puede afirmar rotundamente!», le afeó Juan Carlos Peinado. «Pero es que hace siete año de esos nombramientos, no recuerdo exactamente las conversaciones ni las propuestas. Al ser vicesecretario general y por tanto depender del secretario general entiendo que fui yo quien hizo la propuesta al Consejo de Ministros, que fue quien nombró», insistió Félix Bolaños, admitiendo a medias su responsabilidad sobre este nombramiento por el que al final ha acabado imputado a Francisco Martín, el sustituto de Bolaños en secretario general del Presidencia y actualmente delegado del Gobierno.
«¿Quién es (el responsable del nombramiento)? No me conteste con evasivas. La pregunta es muy concreta», se llegó a enfadar juez. «El que fuera responsable directo... No era mi competencia», respondió el ministro. «Yo no estaba en la tarea que hacía la señora Álvarez. Estábamos montando un Gobierno», se excusó el testigo.
Las supuestas respuestas poco taxativas del titular de Justicia en otro de los momentos del interrogatorio acabaron por exasperar al instructor, quien advirtió de las consecuencias legales de esa actitud al compareciente. «Es una forma de contestar con evasivas que la Ley de Enjuiciamiento Criminal contempla como negarse a contestar», le avisó.
Una sonrisa del ministro provocó otro rifirrafe. Cuando el juez le preguntó a Bolaños el motivo éste adujo que «me está resultando muy sorprendente su interrogatorio», a lo que el juez replicó: «¿No será porque no está usted habituado a un interrogatorio judicial?». «Desde luego que no estoy habituado», reconoció el ministro, quien en otro momento de la comparecencia acabó por decir que se había cruzado «muy poquitas veces» con Álvarez porque «trabajamos en edificios diferentes y aquí trabajan más de 2.000 personas.
Hubo más dudas del ministro, también sobre quién es el actual jefe de Álvarez. Fue entonces cuando el juez interrumpió la toma de declaración para enviar al ministro a buscar en sus bases de datos el nombre de la persona de la que depende la asesora de Moncloa que acabó trabajando por la cátedra de Begoña Gómez.
«Mire, vamos a hacer una cosa: como estamos en la sede donde están los archivos necesarios para constatar quién es esta persona, sale usted de la sala y recaba la información suficiente para poder contestar a mi pregunta. Averigüe de quién ha dependido y sigue dependiendo doña Cristina Álvarez. Muchas gracias», ordenó el juez el ministro quien tras esa interrupción por fin dio un nombre: Raúl Díaz, «responsable de la coordinación del personal del Palacio».
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