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Carlos Rod, en la editorial La Uña Rota, junto a mucho de los títulos publicados. Antonio de Torre
Carlos Rod, Ediciones La Uña Rota

«Permanecer en Segovia siempre ha sido una manera de decir quiénes somos»

El Ministerio de Cultura premia a La Uña Rota, «uno de los ejemplos más valiosos del panorama editorial independiente»

Carlos Álvaro

Segovia

Domingo, 22 de junio 2025, 10:22

El pasado 10 de junio, Ediciones La Uña Rota, editorial segoviana, recibió el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural, reconocimiento otorgado por el Ministerio de Cultura que distingue la aportación sobresaliente e innovadora a la vida cultural española. El jurado tuvo en cuenta la «dedicación constante, perseverancia, originalidad y apuesta por la edición de gran calidad» de una editorial que, desde su fundación en 1996, ha construido un catálogo «testimonio de su espíritu exigente» y se ha consolidado como «uno de los ejemplos más valiosos del panorama editorial independiente». Recién regresado de la Feria del Libro, Carlos Rod, cabeza visible de La Uña Rota, apenas ha tenido tiempo para asimilar la sensación de «incredulidad y vértigo» que el reconocimiento ha suscitado en el equipo, lo cual da fe, por otra parte, de la humildad con la que han trabajado durante casi treinta años en un local de la calle Seminario que el propio Rod llama la «cueva».

«De repente, te das cuenta de que un jurado que no te conoce personalmente ha leído tu catálogo, ha valorado tu trabajo y ha visto en él una coherencia, un mapa, una constelación de títulos que tienen un lugar. Y eso es muy importante», reflexiona. Ese «ser vistos» desde fuera, tras años de construir «desde dentro», es para el editor una validación inesperada, pero profundamente significativa, de un modelo editorial que siempre ha ido «a la contra» de lo establecido.

La Uña Rota no nació con un plan de negocio rígido ni con la ambición de conquistar el mercado. Fundada en 1996 por un grupo de jóvenes, entre ellos un Carlos Rod de veinticuatro años, la editorial empezó con la colección 'Libros Inútiles', pequeños volúmenes que mezclaban narrativa, poesía, teatro, dibujo, fotografía y cómic. «Entonces no existía el concepto de editorial independiente», recuerda, pero sí albergaban estos emprendedores una intuición clara: querían publicar libros mestizos, que no encajaran en moldes predefinidos, y hacerlo desde Segovia, lejos de los centros editoriales. Este modelo, que Rod describe como una «mezcla de imposibilidad y voluntad de no crecer hasta ciertos lugares», se ha mantenido fiel a sus orígenes. Quizá en ello radique uno de los secretos del éxito. La Uña Rota no publica novelas, que dominan en las librerías españolas, pero apuesta por géneros menos comerciales, como la literatura dramática, la poesía y el ensayo. «Decidimos hacer un modelo a la contra de lo hegemónico. Y nos ha costado mucho hacer ver a las librerías que el teatro es un género tan literario como la novela, a veces incluso más arriesgado o audaz», explica el editor.

El premio

«De repente, te das cuenta de que un jurado que no te conoce, ha leído tu catálogo»

Precisamente, el jurado del premio valoró la capacidad de La Uña Rota para «visibilizar, dotar de coherencia, continuidad y calidad a géneros no tan comerciales» e insertar «obras singulares nacidas en las fronteras de la vanguardia y el underground» en el discurso cultural español. Autores como Angélica Liddell (Premio Nacional de Literatura Dramática 2012), Juan Mayorga, Ángela Segovia (Premio Nacional de Poesía Joven 2016) o María Salgado forman parte de un catálogo «razonado» y tejido con «vínculos subterráneos» entre títulos que no siempre conviven en armonía.

El modelo de La Uña Rota no se limita a la elección de géneros o a la estructura de una sociedad limitada con cuatro socios, de los cuales solo dos –Carlos Rod y Arcadio Mardomingo– trabajan activamente en la editorial; La Uña Rota tiene una dimensión más profunda, una «poética editorial» que Rod identifica con el acompañamiento a los autores. «Confiamos en escritores que arriesgan, que tienen una visión clara de la literatura, y los acompañamos en su recorrido», afirma. Este compromiso se traduce en ser «receptores y escuchantes» de los textos que los autores producen, que encuentran cabida en un catálogo que evoluciona con ellos. Los frutos son muchos: están en 'Cenizas escogidas', de Rodrigo García, 'La casa de la fuerza', de Angélica Liddell, o 'Teatro 1989-2014', de Juan Mayorga.

Modelo

«Confiamos en autores que arriesgan y los acompañamos en su recorrido»

El camino no ha estado exento de desafíos. En sus comienzos, los libritos de la colección 'Libros Inútiles', sin lomo y vendidos a cien pesetas, no encontraban hueco en las librerías, que desconfiaban del formato. «Así que los vendíamos en los bares», recuerda Carlos con una sonrisa. «La gente pedía una cerveza, un vino y el último de La Uña Rota». Con el tiempo hizo falta una distribuidora, y UDL les permitió llegar a todas las librerías. Sin embargo, la esencia artesanal y la vocación de permanecer en Segovia nunca cambiaron. «Queríamos estar aquí. Asociar nuestra editorial a Segovia era una forma de decir quiénes éramos. Y así sigue siendo. Siempre ha habido una voluntad, o más bien una vocación, de estar en esos márgenes, de saber que desde los márgenes podemos operar mejor que desde ciertos centros».

Con casi ciento ochenta títulos publicados y una media de diez a veinte libros por año, La Uña Rota no busca competir en cantidad. «Nuestro catálogo es razonado, pensado». El premio lo refrenda. Como señala el jurado, La Uña Rota «ha aportado un excepcional punto de vista crítico al mundo editorial con su manera de entender y demostrar el verdadero valor del libro y de la práctica lectora». Toda una invitación a seguir trabajando desde la «cueva» con el mismo rigor de siempre.

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