El verano comienza con un 73% más de muertes por calor que en el año récord
La ola de calor dejó 269 fallecidos en solo cinco días, 27 veces más que en las mismas fechas del año pasado, según los cálculos del Instituto Carlos III
El verano de 2025 amenaza con convertirse en uno de los más calurosos y dañinos para la salud de los últimos años cuando aún no han transcurrido ni dos semanas desde el comienzo oficial de la estación. No solo ha irrumpido pulverizando los registros de temperaturas en junio, como confirmó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), sino también con una escalada de muertes vinculadas al exceso de calor, según lo certifican las estimaciones de MoMo, el sistema de monitorización de mortalidad diaria que gestiona el Instituto de Salud Carlos III.
En los primeros doce días oficiales del verano, los que van del 21 de junio al 2 de julio, en España han muerto 453 ciudadanos por motivos achacables a las altas temperaturas. Son el triple de los que fallecieron en las mismas fechas de hace dos veranos y treinta veces más de los decesos por calor cuantificados por el sistema MoMo en igual período del año pasado, cuando solo murieron 15 personas. La comparación con el inicio del verano de 2024 casi marea, pero tiene una explicación clara, que junio del año pasado fue un mes atípicamente húmedo y fresco, con dos veces y media más lluvias y medio grado por debajo de lo normal, lo que minimizó las muertes.
Pero el dato que de verdad asusta es que los decesos por calor en el inicio del verano de 2025 son un 73% más de los que se registraron entre el 21 de junio y el 2 de julio de 2022, que es el verano con más muertes por altas temperaturas en España desde hace 22 años, con casi 4.800 fallecidos en toda la temporada estival. Hace tres años, en estos mismos doce días, murieron por calor 261 personas, 192 menos que en lo que va de verano.
El 97% de los decesos son de mayores de 65 años y dos de cada tres de ciudadanos con más de 85 años
Las trágicas cifras de 2025 se explican por los efectos sobre la salud de un junio tórrido en todo el país, coronado con una ola de calor intensa y tempranera. Solo en el mes pasado fallecieron por exceso de temperaturas 407 españoles, lo que supone casi el triple que hace dos veranos y doce veces más en el mismo mes del año pasado, cuando los fallecidos fueron 32. Es la consecuencia del junio oficialmente más caluroso de toda la serie histórica, con una temperatura media de 23,6 grados, lo que quiere decir que superó en 3,5 grados la media diaria habitual para este mes.
La ola de calor que aún está por concluir del todo tiene las peores cifras de todo el período. En solo cinco días, entre el sábado 28 de junio y el miércoles 2 de julio, los técnicos han estimado que en España han muerto 269 personas, lo que supone una media de casi 54 cada día. Son 27 veces veces más que los diez fallecidos en registrados en estas fechas del año pasado. Es el resultado de unas jornadas en las que buena parte del país rozó los 40 grados y zonas como Córdoba, Sevilla, Badajoz o Jaén llegaron a los 43 y la localidad onubense de El Grado marcó un récord con 46. Los decesos a lo largo de la ola fueron claramente de menos a más, pues el sábado comenzó con 24 fallecidos y el lunes, martes y miércoles, los últimos días con datos oficiales, escalaron a 68, 69 y 70.
Grupos de riesgo
El gravísimo riesgo de salud que causan las altas temperaturas se concentra en un colectivo claro: los mayores. Las estimaciones de MoMo indican que el 97% de los fallecidos por calor desde el 21 de junio pasado son ciudadanos de más de 65 años y que, de hecho, el 66% de estos decesos, dos de cada tres, tenían más de 85 años. Hay una proporción más alta de mujeres, el 60%, lo que es coherente con su mayor esperanza de vida, y los territorios donde se detecta un número especialmente alto de fallecidos son Cataluña, Galicia, Madrid y el País Vasco.
El plan especial contra las altas temperaturas especifica que los grupos de riesgo por calor, los que con más intensidad tienen que atender a las alertas sanitarias y protegerse, son, además de los mayores de 65 años, los lactantes y menores de 4 años, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o crónicas, pero también quienes tienen tratamientos médicos, trastornos mentales y de memoria, dificultades de comprensión o de orientación, o poca autonomía en la vida cotidiana.
De igual forma, Sanidad considera como personas en riesgo térmico a los que viven solos, los sinhogar, los turistas, quienes sufren pobreza o muchas carencias (con viviendas mal aclimatadas a la temperatura) y quienes tienen exposición excesiva al calor por razones laborales o deportivas (especialmente entre las dos y las siete de la tarde).
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.