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Los conejos han llegado a La Rosaleda. Al carril bici del paseo de Isabel la Católica, de hecho, por donde circulaban durante el pasado fin ... de semana bajo el cartel de «Prohibido el uso a personas». Nada que decir en ese caso, claro. Otra media docena retozaba a apenas unos metros sobre la hierba, ocultándose de cuando en cuando ante la presencia de paseantes por la zona ajardinada que linda con el skate park. Una escena que llevaba a algunos a sonreír y a sacar la cámara de fotos para retratar a tan fotogénica familia. Lo que ocurre es que la presencia de estos animales puede resultar dañina para el entorno, especialmente si su población crece descontrolada. En una zona tan céntrica ya como es el prado verde que alfombra el edificio de las Cortes de Castilla y León se les puede ver a plena luz del día. Y allí mismo, desde los ventanales, se aprecian perfectamente las numerosas huras en las que se resguardan.
Antes de que eso pueda ocurrir en La Rosaleda, el servicio de plagas del Ayuntamiento ya ha recibido una alerta para intervenir y evitar su proliferación. La vigilancia, de hecho, es habitual. Meses atrás, con la llegada de los conejos al Campo Grande, fuentes municipales aseguraban que cuadrillas de cazadores con hurones lograban atrapar en torno a 10.000 ejemplares anuales en la ciudad en los años con más presencia de estos animales. Precisamente una de las cosas que aliviaron a los responsables municipales fue que no se detectaron huras en el jardín romántico vallisoletano, señal de que su presencia era reciente.
«Actuaremos en los próximos días», explicaban fuentes municipales esta misma semana. Palomas, conejos, ratas y mosquitos son las principales preocupaciones, en lo tocante a plagas, en la capital. Y es la época en la que el calor y la lluvia empiezan a permitir el despliegue de insectos, por ejemplo. El problema con los conejos es que viven la práctica totalidad de su vida en celo y en la ciudad apenas hay depredadores naturales que puedan ejercer de controladores de la población. Esto hace que sea muy fácil que se desmanden y provoquen graves problemas. Hay que recordar, además, que son animales silvestres que tamién sufren, a su vez, otro tipo de plagas, como las garrapatas, por lo que pueden acabar por transmitir enfermedades.
Respecto a esto, el Ayuntamiento ya ha incidido, durante su campaña de acción contra las plagas, en la prohibición de dar de comer a estos animales para eviar precisamente que encuentren facilidades para expandirse.
En 2024 se capturaron en Valladolid 6.117 conejos. Ya se les había visto en los alrededores de Las Moreras, por lo que no resulta extraño que ahora paseen sus orejones alerta por la zona aledaña a La Rosaleda.
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