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La estación de trenes de Valladolid se va a construir «porque el Ministerio lo necesita» y no habrá ministro, del signo que sea, que la pueda paralizar. Esa es la conclusión que ha dejado este viernes la comparecencia del ministro de Transportes, Óscar Puente, en el desayuno informativo de El Norte de Castilla. Tampoco, confía, lo podrá paralizar nadie más, en alusión directa al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero. «Hoy se cierra el plazo de presentación de ofertas para la construcción de la estación de Valladolid», apuntó, «y se han recibido hasta ahora diez ofertas». En ellas, aventuró, «es seguro que se van a ver uniones temporales de empresas espectaculares de grandes grupos de España».
«Hablamos de una obra que ha generado un enorme interés en las empresas del sector, por su importe y por su singularidad. La empresa que ponga su sello añadirá a su porfolio un hito arquitectónico importante», añadió.
El ministro de Transportes dejó claro que no hay más opción que ejecutar la nueva estación de trenes. «Hemos detectado que el servicio Medina-Valladolid tiene serios problemas de puntualidad por un problema de capacidad de la estación, que da prioridad a servicios de alta velocidad, Avant, etcétera. En los cálculos que Adif hacía para la estación se hablaba de 5 millones de pasajeros. En 2021 se pone en servicio el Avant y pasamos de 1 millón y poco a más de 5 en 2024. Hemos multiplicado por cuatro el número de viajeros. La estación debe hacerse por una necesidad perentoria de espacio y funcionalidad», explicó.
La posición municipal, a juicio del ministro, no es compatible con la realidad. «No podemos seguir jugando como los niños, no digo que no a la estación, pero con soterramiento. En el mundo de los adultos, no hay más. O hacemos lo que tenemos que hacer o hay una quimera en el horizonte que nunca llegará. El ministerio no puede renunciar porque necesitamos la estación. Si hubiera una solución para habilitar un hipotético soterramiento que nos llevará un año o dos… Pero no lo hay porque para hacer eso hay que hacer un proyecto de soterramiento y no hay un proyecto real».
El ministro señaló sarcásticamente que su «venganza» contra Valladolid, en referencia a algunas críticas vertidas desde el PP, se puede explicar en cifras. En concreto, en 2.477 millones de euros de inversión en infraestructuras previstas a corto y medio plazo, y en algunos casos ya en ejecución. Incluyó en ellas algunas tan relevantes como 'enterrar' la A-62 al paso por Simancas, en esas curvas que dividen el municipio y aíslan el Archivo Municipal, el cierre de la VA-30 por el páramo, entre el nexo con la A-62 y Cigales, para aliviar la actual autovía, o los tramos de autovía entre Villanubla y Medina de Rioseco, que confió que estén en obras a finales de 2026.
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