Las lluvias primaverales provocan una eclosión «sin precedentes» de la flor del opio en Valladolid
La adormidera, cuyo cultivo está fuertemente regulado, crece silvestre en cunetas y barbechos de la provincia
La adormidera está tiñendo de blanco los barbechos y cunetas de la provincia en una eclosión sin precedentes en Valladolid de esta planta, de la ... que se extrae el opio y que es la base de drogas como la heroína o la morfina.
Su cultivo está regulado para su uso en la industria farmacéutica y las plantaciones legales están ubicadas en puntos que tratan de mantenerse en secreto y bajo medidas de seguridad. Según los datos facilitados por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), su cultivo en la comunidad se extiende por «en torno a 1.500 hectáreas en función de los contratos que realice Alcaliber, la única empresa con licencia para su explotación en España».
Si bien Alcaliber ha declinado pronunciarse, a preguntas de este periódico, sobre la relación entre los cultivos regulados que explota y el incremento de amapola blanca ('papaver somniferum') vivida este año de forma silvestre, el catedrático y profesor de botánica de la Universidad de Valladolid (UVA) Juan Andrés Oria de Rueda, considera que existe esta vinculación, no solo en Valladolid sino también en otras provincias de Castilla y León. Según explica, esta primavera se han dado las condiciones idóneas para que se produjera una explosión de estas plantas, que ha permitido que las semillas prosperen con fuerza. Las intensas lluvias desde enero han ayudado en la germinación de las semillas, que pueden permanecer años latentes en el campo hasta que se dan las condiciones óptimas para su proliferación.
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«Cada adormidera guarda en una cápsula centenares de semillas pequeñísimas que, con el viento, salen disparadas. Entra algo de aire por uno de los agujeros y salen volando las semillas por otro, y eso hace que la planta se multiplique de una manera rapidísima. Es imposible controlar este proceso en los cultivos», explica el catedrático.
A este poder elevado de proliferación se ha unido este año a unas excelentes circunstancias de humedad y temperatura que han permitido que esta especie y su hermana roja, la 'papaver rhoeas' –con una concentración de alcaloides sedantes mucho más leves que la blanca–, tiñan con sus pétalos los campos. «La adormidera es un cultivo de regadío. ¿Qué ha ocurrido? Pues que la primavera ha sido muy lluviosa y estas plantas, que solo pueden crecer en lugares húmedos, están en cualquier sitio. Las precipitaciones de los meses de abril y mayo han propiciado que millones de semillas germinaran en lugares en los que antes no lo hacían. Por ejemplo, en Castilla y León se están viendo adormideras en gran cantidad por el valle del río Cega en Valladolid, en el valle del Pisuerga en Palencia e incluso en zonas de Soria», puntualiza Juan Andrés Oria.
Aunque España no sea precisamente un país vinculado al opio en el imaginario colectivo, ocupa un papel clave en la producción farmacéutica a nivel global, ya que se encuentra entre los mayores productores a nivel mundial de morfina para uso médico. Para lograr esos datos, las plantaciones de 'papaver somniferum' legal son clave. La adormidera regulada se siembra entre los meses de febrero y abril con el objetivo de alcanzar entre 80 y 120 plantas por metro cuadrado. La adecuada preparación del suelo es esencial para el establecimiento del cultivo, «al que le favorecer los suelos calizos que tenemos en Castilla y León», apunta Juan Andrés Oria.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), órgano dependiente de Sanidad, regula estrictamente los cultivos legales. Cada año, y de acuerdo con las directrices de la ONU sobre producción de opiáceos, se establece una superficie máxima permitida para sembrar. De media, se autorizan cerca de 10.000 hectáreas en España, de las que en torno al 15%se producen en Castilla y León.
El Itacyl informa de que la demanda hídrica de este cultivo es moderado, estimándose en torno a los 3.000 metros cúbicos por hectárea, unas características que han convertido este año a Castilla y León en un lugar adecuado para su proliferación de manera silvestre, sin control.
Ese crecimiento de las plantas de forma silvestre que se ha dado de una manera notable esta primavera ha hecho que se comiencen a ver amapolas blancas en gran cantidad en zonas en las que acceder a ellas es muy sencillo, tanto que Juan Andrés Oria de Rueda asegura la existencia de cuadrillas organizadas que recogen ilegalmente el opio silvestre. «El fruto de la planta es la cápsula. Antes de que se sequen del todo, les hacen unos cortes con un instrumento cortante, que puede ser perfectamente un cúter. Cortan muchas y luego recogen el látex que sale, que es lo que emplean para drogarse. Hay gente que va haciendo lo que llaman panes, que son unas placas del producto ese, que es totalmente ilegal», explica el profesor de botánica de la UVA Juan Andrés Oria de Rueda.
El ciclo del cultivo regulado se completa en 150 días y la recolección se realiza en agosto mediante cosechadoras convencionales. La explosión de flores silvestres vivida a principios de este mes en la provincia está dando paso, por el ciclo de la planta, a que vaya perdiendo poco a poco los pétalos para presentarse en el campo actualmente ya solo con la cápsula, que se encuentra llena de esas pequeñas semillas que el viento esparcirá para extender este avance de la adormidera silvestre por la provincia durante los próximos años, siempre y cuando se den las condiciones de temperatura y humedad que precisa la planta para germinar y crecer. «Esta primavera se ha extendido muchísimo por terrenos muy extensos y ya veremos qué sucede en años venideros», concluye Juan Andrés Oria.
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