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Alberto Núñez Feijóo ha citado este lunes a la plana mayor del PP en el comité ejecutivo nacional. Una reunión que, en principio, debería ser ... de trámite para confirmar el intercambio de cromos en Europa entre Dolors Montserrat y Esteban González Pons, después del ascenso de la eurodiputada catalana como secretaria general del PP europeo. Pero el nerviosismo se ha instalado en las filas del partido ante la posibilidad de que el presidente esté ponderando adelantar el congreso nacional y decida activar el proceso ese día.
En septiembre del año pasado, tras convocar el PSOE su 41º congreso federal en Sevilla, el líder del PP alejaba la posibilidad de seguir los pasos de su rival y abrir ese melón antes de abril de 2026, fecha en la que según los estatutos debería convocarse el cónclave de los populares. Hacerlo antes, argumentó, «es de partidos que pierden». En su equipo daban por zanjadoeste mismo debate hace apenas dos meses. Pero ahora esas mismas fuentes ni confirman ni desmienten que esa intención pueda reconsiderarse.
Feijóo fue elegido presidente de los conservadores en el congreso extraordinario celebrado en abril de 2022 en Sevilla tras la guerra abierta entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Un cónclave que, por su carácter excepcional desde el punto de vista orgánico, no permitía una discusión ideológica ni cambios estatutarios. El último congreso ordinario del PP se celebró en febrero de 2017, cuando se eligió a Mariano Rajoy como sucesor de José María Aznar. «Es un despropósito abrir este debate ahora cuando tenemos a Pedro Sánchez acorralado», reflexiona un dirigente. «Sería pegarnos un tiro en el pie», reconoce otro dirigente, este autónomico, que coincide en que el PP no debe desviar la atención del Gobierno y su desgaste tras el apagón y la crisis ferroviaria del pasado lunes, y con la corrupción acechando al entorno del presidente. El comité de dirección del partido no ha abordado el anticipo congresual.
Aunque el liderazgo de Feijóo no está en duda, como corroboran los líderes territoriales consultados, hay quien alerta de los riesgos que conlleva en sí mismo el proceso orgánico, donde hay que conciliar las dos almas del PP para fijar su posición en asuntos que, estos últimos ocho años, los populares han evitado, les han incomodado o sobre los que han mostrado posiciones internas divergentes. Es el caso de su relación con Vox, la cuestión territorial o la inmigración.
Desde que asumiese las riendas, el expresidente de la Xunta ha modificado la posición oficial del partido en algunos asuntos delicados como el aborto o los vientres de alquiler y ha manifestado también su deseo de modificar el sistema de primarias para volver a dar el poder a los compromisarios, un cambio que divide al PP. «Sería dar un paso para atrás», razona un dirigente, sobre un movimiento que, de ejecutarse, «iría en detrimento de los afiliados».
A pesar de que el runrún sobre el adelanto del congreso, de momento fantasma, ha sembrado el desconcierto en las filas populares, lo que a nadie ha pillado por sorpresa es que Feijóo esté barruntando acometer cambios en la dirección nacional. «El jefe algo tiene en la cabeza», admite un miembro de la cúpula.
La última vez que el líder de los populares remodeló su ejecutiva fue a finales de 2023. Entonces incorporó a cinco mujeres en el puente de mando y elevó a Borja Sémper como portavoz nacional para que sirviera de contrapeso moderado a Miguel Tellado, uno de sus hombres de máxima confianza, al que nombró portavoz en el Congreso. «Es bueno incorporar perfiles nuevos cada cierto tiempo», señalan desde una dirección territorial.
De puertas hacia dentro, son varias las voces que, a punto de llegar al ecuador de la legislatura y con un Sánchez cada vez más debilitado por las tensiones con sus socios y con la corrupción salpicándole en el terreno personal y político, reclaman cambios en el organigrama de cara a un eventual adelanto electoral. Se daba por hecho que como jefe de la delegación del PP en Bruselas, González Pons podría dejar su vicesecretaría de Institucional ante la dificultad de compatibilizar ambos cargos; o incluso que dada lo abultada que es el área que dirige, parte de sus funciones podrían dividirse. Dos extremos que fuentes populares niegan, al menos de momento.
El sentir entre los dirigentes del PP es que más pronto que tarde esa remodelación orgánica que reclaman como revulsivo para afrontar lo que queda de legislatura va a llegar. Además, y de acuerdo con los estatutos, no es necesario que modificaciones de estas características se sometan a un congreso ordinario. Bastaría con que el comité ejecutivo nacional, el mismo que se reúne el lunes, los refrende.
Feijóo es un hombre que maneja los tiempos con cautela y solo él y su equipo más cercano, el que le acompañó de Galicia a Madrid, conocen sus intenciones. Si decide activar el proceso congresual para una reforma más profunda y relanzar al PP de cara a las generales o si, por el contrario, mantiene su plan inicial de posponer el cónclave hasta que toque por calendario.
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