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El milagro de la Liga se queda a medias en ZorrillaHubiese sido un milagro de tintes épicos, de esos de película buena, con giro inesperado, pero con el 'casi' Real Valladolid y FC Barcelona se ... fueron contentos para casa. Los blanquivioleta porque evitaron esa goleada que se pagaba de forma ridícula en las casas de apuestas; y los blaugrana porque mantienen ese colchón de puntos con el Real Madrid en pro de ganar la Liga.
No lo tuvieron fácil los catalanes que tiraron de Lamine Yamal y Rapinha antes de tiempo para nivelar un partido que se les puso cuesta arriba en un estadio pucelano que vivió una guerra en la grada, ajena a la proeza que a punto estuvo de hacer el peor equipo de la competición con el que quizás es el mejor conjunto del momento.
Real Valladolid
Ferreira; Candela, Cömert, Cenk, Aznou; Juric (Mario Martín, min. 84), Amallah (Grillitsch, min. 72), Iván Sánchez (Chuki, min. 72), Anuar (Amath, min. 64), Moro; y Sylla (Latasa, min. 64).
1
-
2
FC Barcelona
Ter Stegen; Fort, Christensen, Araujo, Gerard Martín; Gavi (Eric García, min. 78), Dani Rodríguez (Lamine, min. 37), Fermín, Pedri (De Jong, min. 45), Ansu Fati (Rapinha, min. 45); y Pau Víctor (Dani Olmo, min. 61).
Árbitro: Muñiz Ruiz (Colegio Gallego). Amonestó a Araujo y Christensen; y a Sylla, Cömert y Anuar.
Goles: 1-0 (min. 5): Iván Sánchez golpea a portería, da el balón en Araujo y el balón hace una vaselina a Ter Stegen.1-1 (min. 54): Rapinha. 1-2 (min. 59): Fermín.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 34 disputado en el Estadio José Zorrilla ante 23.967 espectadores. En el minuto 12 se lanzaron de forma masiva billetes con la cara de Ronaldo desde la grada.
Quién más y quién menos pensó que el pasillo al campeón de la Copa se prolongaría durante los noventa minutos, dados los precedentes de los últimos partidos en Zorrilla, en los que en el minuto 15 los locales ya perdían claramente ante el Getafe o el Osasuna... Y estaba vez delante estaba el todopoderoso FC Barcelona, sí, el que aspira a terminar la Liga con más de cien goles, y la víctima propicia vestía de blanco y violeta con más de ochenta tantos en el zurrón esta campaña.
Sin embargo, no se habían cumplido cuatro minutos y el Pucela ya había acechado la portería del renacido Ter Stegen en la portería blaugrana. Y, sí, sí, un minuto solo después, Iván Sánchez, que recuperaba su puesto en la banda derecha, obraba el milagro. El clásico recorte de Iván hacia dentro y el lanzamiento rápido a portería que se estrella en la bota de Araujo para que una vaselina perfecta se cuele en la portería de Stegen y amargarle su regreso.
Lo imposible, increíble... La grada no sabía si aplaudir o pitar pendiente de colocar bien los billetes con la cara de Ronaldo para lanzarlos en el minuto 12. En esos primeros compases ya se había pitado a todo el mundo, había más mercenarios en la boca de los aficionados que soldados en la Guerra de Ucrania, y el tanto de Iván Sánchez había originado la duda de si aplaudir o pitar en un estadio dividido, con muchos aficionados de fuera atraídos por el influjo de los Lamine y compañía que esperaba su oportunidad en el banquillo.
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Con esas dudas –también para los del equipo de Flick, aún con la cabeza en la Champions–, Moro se plantó solo delante de Ter Stegen después de hacerle un cambio de ritmo a Fort, que sacaba la bandera blanca a las primeras de cambio. Tiró blandito Moro a las manos del guardameta alemán, que se pudo llevar el segundo por la vía rápida. Solo el Atlético esta temporada le había metido un gol tan rápido a los azulgrana. Solo el Atlético le había metido dos a los catalanes antes del primer cuarto de hora... Y el Real Valladolid volvía a llegar para hacer el segundo, con otro cambio de Moro, que tuvo que solventar Araujo para que el atacante local no se plantara delante de la portería
El Barça estaba KO ante el colista, que jugaba sin el aliento de su público. Y ahí con los ojo como platos del planeta balompédico, con la expectación mundial por ver la que podía ser una de las sorpresas de la temporada –pero a nivel planetario–, llegó la lluvia de billetes con la cara de Ronaldo. Desde luego, el momento fue el más adecuado, el 'Highlight' del partido si lo que se buscaba repercusión, en medio de las alabanzas televisivas y radiofónicas a los de Álvaro Rubio, pero con la grada en pie de guerra, ajena a lo que sucedía en el césped. La imagen de De Jong metiéndose los billetes en el bolsillo de la cazadora dará la vuelta al globo para desgracia de Nazário.
En el terreno de juego, el plan de Rubio funcionaba, y eso que era el enésimo de la temporada, con Cömert y Cenk como titulares y con Candela de falso lateral, reconvertido a central cuando el equipo defendía. No llegaba los blaugrana, y cuando lo hacían, el Pucela replegaba bien y... ¡Sin complicarse! Sin esos fallos sangrantes que tanto le han costado esta campaña.
El despertar visitante tuvo que venir con una desgracia, con la lesión en el hombro del debutante Dani Rodríguez, y que tuviese que salir Lamine. Era el minuto 37 y ahí cambió el partido. Ahí descendieron de forma abrupta las opciones locales. El internacional español juega a otra cosa, y lo demostró, al igual que Rapinha, que tuvo que salir tras el descanso ante el nivel de descalabro que podía haber significado caer en casa del colista. No se lo pensó Flick, y con las dos bandas titulares, el balón ya fue blaugrana, hasta que el propio extremo brasileño hizo la igualada en el minuto 54.
La defensa blanquivioleta, que ayer rindió a un buen nivel, excelso si se tiene en cuenta la enjundia del rival, aguantó centros de todos los colores, por arriba y por abajo, pero estos últimos con pases atrás se convirtieron en su particular talón de aquiles, y Rapinha remató el primero a la red de Ferreira, tras un rechace de André Ferreira que quizá pudo hacer más. Visto su rendimiento hasta el día de ayer, tampoco se le puede exigir más, en su mejor partido en la portería pucelana. En el segundo fue Fermín el que aprovechó un pase atrás de Pau Víctor para batir al meta portugués.
Con la remontada, el Barça se relajó, tanto, que el Pucela estuvo a punto de darle un susto y empatar el partido. La tuvo Latasa en el minuto 73 tras un gran pase de Chuki, incomprensiblemente en el banquillo por el andarín Amallah. Pudo sentenciar Lamine, pero salvó bajo palos Candela, y Moro buscó el empate, pero el 1-2 dejaba un 'casi' que les valía a ambos.
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