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Álvaro Rubio es un hombre de club. Llegó al Real Valladolid en el verano de 2006, a los 27 años, para formar parte como futbolista ... de un equipo que batió récords en Segunda para un ascenso meteórico con José Luis Mendilibar en el banquillo. Luego vivió un descenso (2010), otro ascenso (2012) y un nuevo descenso (2014) en el Pucela antes de colgar las botas. Casi veinte años después, Álvaro Rubio se encuentra al frente del Real Valladolid como entrenador en una campaña en Primera a la que aún le quedan cinco jornadas, pero con el Pucela ya descendido matemáticamente a Segunda de manera estrepitosa.
«Para mí es una situación muy dolorosa. Es un orgullo estar aquí, en esta posición [como entrenador]. Es lo que quería y sabía que la situación era difícil. Pero hay un sufrimiento que hay que saber llevar por dentro. Esta semana ha sido dolorosa. Sabía que todo era muy complicado, pero cuando las cosas suceden duelen más», apuntó este jueves en la rueda de prensa previa al partido ante el FC Barcelona del próximo sábado en Zorrilla (21 horas). «En el plano personal, tengo que tirar hasta el final. Estoy con mucha energía, con muchos ánimos a pesar de la situación. Miro por el club para acabar de la mejor manera posible y también por los jugadores que puedan seguir aquí el año que viene».
La consumación del descenso el pasado jueves en el Benito Villamarín ante el Betis preludió «una semana complicada» y cargada de momentos «dolorosos». La idea que Rubio ha trasladado estos días a los jugadores pasa por conseguir cierta recuperación anímica y focalizar todo «en el trabajo diario». «Ahora lo que nos queda es ser profesionales y tener la mayor dignidad posible para acabar esta temporada de la mejor manera. Entrenar bien para poder competir», recalcó.
El Real Valladolid no gana un partido desde el pasado 11 de enero, cuando venció al Betis en Zorrilla aún con Diego Cocca en el banquillo. Desde entonces, sólo ha logrado sumar el punto del empate ante Las Palmas. Ahora, el Pucela se convierte en el 'sparring' de equipos como el FC Barcelona que pelean por el título de Liga, el Mallorca (que aspira a plaza europea) y Girona, Leganés y Alavés, metidos en la lucha por no descender. «En ese sentido no vamos a alterar la competición, aunque no es en lo que estoy pensando. Yo sólo quiero ganar y salir a competir en todos los partidos. Me encantaría ganar algún partido. El mal ya está hecho, pero me gustaría brindar a la afición esa victoria por todos los momentos que han estado ahí».
El FC Barcelona no parece, sobre el papel, el rival más propicio para que el Real Valladolid no encadene su octava derrota consecutiva y siga alargando el récord de la peor racha sin puntuar de toda su historia en la élite. El equipo de Hansi Flick llega como flamante campeón de Copa tras superar al Real Madrid en la prórroga y en mitad de una exigente semifinal de 'Champions' ante el Inter de Milán, con el loco 3-3 de la ida en Montjuic de este miércoles y preparando la visita a San Siro del próximo martes 6 de mayo. Ese factor podría resultar una distracción, pero el Barça también se juega conservar la ventaja en el liderato de Primera, actualmente de cuatro puntos sobre el Real Madrid. Y, con una plantilla azulgrana de tanta calidad, las esperanzas de pegar un zarpazo al Barça son pocas.
«Nos vamos a enfrentar a un rival que atraviesa un momento excepcional. Será complicado, pero tenemos que intentar encontrar un equilibrio para defendernos de ese potencial tan grande que poseen ofensivamente y pensar en poder hacerles daño. No podemos estar a expensas de cuándo nos van a hacer daño porque, si no, al final seguramente nos lo hagan. Incluso haciendo las cosas bien, vemos a equipos muy fuerte que se enfrentan a ellos y no son capaces de pararles. Intentaremos ir con nuestras armas», apuntó Rubio. Preguntado por si el equipo hará pasillo al Barça tras el título de Copa, el técnico explicó que aún no se ha hablado, pero que por su parte «no hay ningún inconveniente».
El entrenador del Real Valladolid sabe que el partido estará marcado también por las acciones de protestas en las gradas, como el lanzamiento previsto de 60.000 billetes falsos con la cara de Ronaldo Nazário en el minuto 12. «Todo el mundo es libre de opinar como quiera. Sabemos que no lo hemos hecho bien y ahora mismo no podemos esperar nada. La afición tiene derecho a reaccionar como crea conveniente y lo único que nos queda a nosotros es seguir trabajando para dignificar el club y a nuestra afición. Están cabreados por la situación. Nosotros también estamos muy dolidos, aunque parezca que vamos por dos sitios diferentes. Es lo mismo para todos. Este club no va a desaparecer el año que viene. Va a seguir en otras circunstancias porque, evidentemente, lo hemos hecho mal».
Rubio sí se mostró crítico con el lanzamiento de huevos a los integrantes de la expedición blanquivioleta el pasado viernes tras volver de Sevilla. «Entiendo que puedan protestar, pero no podemos naturalizar las cosas que pasaron el otro día. Hubo lanzamientos de objetos a algunos jugadores. Eso lo condeno ahora y lo condenaré siempre. El respeto de esta afición ha sido muy grande por parte de mucha gente. Hay gente que puede opinar de otra manera, pero hay ciertos límites que no se deberían pasar», afirmó categóricamente.
En los cinco partidos restantes, no habrá cambios en la filosofía del técnico riojano para confeccionar las alineaciones. Álvaro Rubio manifestó que no estará pendiente de sentar a los cedidos o jugadores que acaben contrato porque se darían «tantas variantes» que si las tuviese en cuenta al final sólo podría «jugar con tres». «No estamos para eso. Voy a poner siempre a los que considere que son la mejor opción para los partidos».
El entrenador está a punto de recuperar a Karl Hein para la portería después del que el estonio haya participado ya esta semana en el trabajo colectivo de manera gradual, aunque sin una reincorporación plena. «Veremos si puede entrar en la convocatoria. Su recuperación ha sido buena en los plazos previstos». Rubio no podrá contar para el partido ante el Barça con los lesionados Javi Sánchez (de seis a ocho semanas de baja), Joseph Aidoo (que sufre problemas musculares en los isquiotibiales de la pierna derecha) y Henrique Silva (también con dolencias musculares).
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