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La hostelería segoviana solo le pone un pero a estos días de Semana Santa, jornadas que son un no parar en cocinas, barras, comedores y ... demás servicios de logística, limpieza y mantenimiento de los establecimientos. Sí, el tiempo, el mismo invitado inoportuno que vino en los albores del pasado mes de marzo, que resultó nefasto para el sector, y que prácticamente no se ha ido. Este año, a expensas de cómo funcionen el Domingo de Resurrección, que en lo meteorológico no tiene visos de hacer honor a su nombre, y el Lunes de Pascua, dado que es festivo en varias comunidades autónomas, la inestabilidad ha vuelto a condicionar el tajo en el sector.
Ratos de sol con muchas nubes que han descargado a veces más finamente y otras con potencia y hasta con granizo; una temperatura fresca que ha invitado desde este fin de semana a abrigarse, además de sacar el paraguas, y a mayores, fuertes rachas de viento este sábado. «No es lo que hubiéramos querido ni lo que habíamos previsto», se lamenta el gerente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), Javier García Crespo.
Pese a lo desagradable e imprevisible del tiempo, la hostelería ha trabajado «bien» durante Semana Santa, y también este sábado, aunque ha sido un día para buscar más los interiores que las terrazas. Ha habido locales, en especial los de la zona de la Plaza Mayor y sus alrededores, que las han colocado; pero los comensales han preferido la calidez de los comedores de dentro y el refugio tras una barra antes que exponerse a que cayera un chaparrón o a que saliera volando la sombrilla. Haberlos, los ha habido; pero como matiza García Crespo, la meteorología no ha acompañado como para disfrutar de las consumiciones al aire libre.
Hecha la salvedad, los aforos de restaurantes del centro histórico de Segovia han estado «a tope». Un fin de semana como este que deshoja el calendario, a rebufo de las jornadas fuertes de la Pasión, también en la hostelería, ha demostrado que la provincia es un destino preferente de interior y cultural. El representante de Hotuse añade que no solo los comedores se han llenado, sino que también los hoteles «han alojado a turistas de última hora» con los que han rozado el lleno este sábado. Argumenta que este tirón 'in extremis' obedece, en buena medida, «a cómo ajustan los precios» los negocios para facilitar las pernoctaciones más rezagadas.
Por otra parte, el portavoz de la asociación explica que este mal tiempo ha 'favorecido' el aluvión visitas que se realizan en el mismo día. En su mayoría, madrileños que recorren la ciudad o que acuden a un pueblo de los muchos con encanto y patrimonio reconocidos con el aliciente de degustar la gastronomía autóctona que tanto predicamento posee. Varios mesones y restaurantes ubicados en los principales ejes turísticos de la capital segoviana han vuelto a doblar e incluso triplicar turnos para atender la demanda de la feligresía del buen yantar.
Esa afluencia también ha generado los habituales problemas de aparcamiento cuando las fechas festivas en rojo atraen a estos destinos a tantos turistas. Los parking han estado completos, síntoma delator de la afluencia de visitantes, deduce García Crespo.
En cuanto a la picaresca de algunos clientes que reservan en varios restaurantes a distintas horas para asegurarse mesa, mantel y cubierto, el representante de Hotuse admite que «sigue habiendo casos, aunque cada vez son menos». Aunque es difícil erradicar esta práctica, afirma que los establecimientos están haciendo un esfuerzo para controlar más y mejor las reservas a través de plataformas digitales.
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