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La bóveda celeste brilla sobre la estatua de Juan Bravo. Astronomía Cercana
Una noche estrellada: la oscuridad que iluminó el cielo de Segovia
Ecos del apagón

Una noche estrellada: la oscuridad que iluminó el cielo de Segovia

Carlos y Mamen, de Astronomía Cercana, aprovecharon el lunes la falta de luz eléctrica para mostrar a los segovianos constelaciones, planetas y satélites

Carlos Álvaro

Segovia

Domingo, 4 de mayo 2025, 17:58

El apagón que el 28 de abril afectó a toda la península Ibérica sumió a Segovia en una oscuridad nada habitual. Mientras muchos lamentaban la falta de electricidad, para Carlos González, fundador de Astronomía Cercana, y su compañera Mamen Sánchez, la noche se convirtió en una oportunidad única. Equipados con láseres astronómicos, cámaras y una pasión desbordante por el cosmos, recorrieron las calles de la ciudad para compartir con los segovianos la belleza de un cielo despejado, libre de contaminación lumínica. Y lo que vivieron fue una experiencia inolvidable, tanto para ellos como para quienes se cruzaron en su camino.

Carlos, segoviano de cuarenta y un años, lleva toda una vida mirando al cielo. Sin embargo, nunca había tenido la posibilidad de disfrutar de un firmamento tan nítido en su ciudad natal. «Nunca habíamos tenido la oportunidad de ver las constelaciones, los planetas y los satélites con tanta claridad desde las mismas calles de Segovia», relata con indisimulado entusiasmo. La falta de luz eléctrica transformó la bóveda celeste en un enorme lienzo en el que Júpiter, Marte, la constelación de Leo y numerosos satélites brillaban con una intensidad inusual y hermosa.

Para Carlos y Mamen, el apagón, lejos de ser una molestia, fue toda una invitación a actuar. «Estaba deseando que se hiciera de noche sin que, por supuesto, hubiera vuelto la luz», confiesa. Aunque inicialmente tenía un compromiso fotográfico en otra provincia, decidió quedarse en Segovia. «Si hay apagón, yo no me voy de aquí», pensó. Con el equipo listo y una mezcla de emoción y urgencia –la 'amenaza' de que la luz regresara pronto estaba latente–, el dúo se lanzó a las calles con un objetivo claro: documentar el cielo y compartir su conocimiento con quien quisiera escuchar.

Un paseo estelar

Sin tiempo para montar telescopios, Carlos y Mamen optaron por una estrategia ágil: recorrer el centro de Segovia con sus láseres astronómicos, que les permitían señalar estrellas, planetas y satélites con precisión. Su itinerario incluyó lugares emblemáticos, como el Azoguejo, las escaleras del Postigo, la Calle Real, la Plaza Mayor y el barrio de San Millán, que esa noche más que nunca parecía el Barrio de las Brujas. Cada parada daba ocasión para capturar fotografías y conectar con los segovianos que, espontáneamente, alzaban la vista al cielo. «Fue verdaderamente emocionante encontrarnos con gente mirando al cielo», dice Carlos. En la oscuridad, los satélites, esos «puntitos que no parpadean», captaban la atención de los viandantes. Algunos ya intentaban identificarlos cuando la llegada de Carlos y Mamen con sus láseres encendía aún más la chispa de la curiosidad. «Llegábamos y decíamos: 'Ahí está un satélite'. Y la gente se entusiasmaba».

Aunque no podían ofrecer las sesiones de dos horas que Astronomía Cercana suele organizar, se propusieron enseñar «contenidos mínimos», es decir, cómo encontrar la Estrella Polar a partir de la Osa Mayor, identificar Júpiter y Marte y reconocer la constelación de Leo, protagonista del cielo primaveral. La respuesta fue inmediata. Los segovianos acogían con interés las explicaciones improvisadas. «No resultaba invasivo, ni mucho menos. La gente quería saber, le apetecía que alguien le contara cosas», explica el divulgador.

Arriba, el Acueducto. Sobre estas líneas, la Calle de los Bares y la iglesia de San Millán. Astronomía Cercana
Imagen principal - Arriba, el Acueducto. Sobre estas líneas, la Calle de los Bares y la iglesia de San Millán.
Imagen secundaria 1 - Arriba, el Acueducto. Sobre estas líneas, la Calle de los Bares y la iglesia de San Millán.
Imagen secundaria 2 - Arriba, el Acueducto. Sobre estas líneas, la Calle de los Bares y la iglesia de San Millán.

El recorrido de Astronomía Cercana fue un ejercicio de divulgación, pero también un viaje personal e introspectivo, porque, para Carlos González, nacido en San Millán, fue como descubrir una ciudad distinta, desconocida. No dudó en bajar al barrio e inmortalizarlo bajo la noche estrellada. «Me apetecía tomar la imagen de mi casa, donde vive ahora mi padre, y otros rincones, como la Pirámide de San Millán, donde tantas horas pasé de niño». Las instantáneas captaron a la perfección la magia de la noche.

La Plaza Mayor, la Calle de los Bares –«emblemática para nosotros porque hemos echado muchas horas allí», bromea Carlos– y las escaleras del Postigo fueron otros puntos clave. Este último lugar, elevado y alejado de las luces residuales, ofrecía una vista privilegiada del cielo. Sin embargo, el tiempo era limitado, y el cansancio acumulado de un día imprevisto y lleno de incertidumbres pesaba en el cuerpo. «Se me quedaron rincones por visitar, como la rotonda del Pastor. Me hubiera encantado fotografiar la escultura bajo las estrellas. Me la guardo para el próximo apagón», dice con mezcla de humor y esperanza.

«Fue verdaderamente emocionante encontrarnos con gente mirando al cielo», dice Carlos González

Para este 'loco' de la astronomía, el apagón fue una experiencia única y un momento para repensar la relación humana con la luz y el cielo. «Digo yo que una vez cada cuarenta y un años, que son los que yo tengo, no estaría mal disfrutar de una noche sin alumbrado público», propone. Y sugiere que apagar las luces durante unas horas, de forma controlada, podría convertirse en un atractivo turístico para Segovia. «Visitar una ciudad a oscuras, con el cielo lleno de estrellas, sería tremendo. No se hace en ningún sitio». La idea no es descabellada. En un mundo en el que la contaminación lumínica borra las estrellas de los cielos urbanos, iniciativas como esas 'noches sin luz' permitirían reconectar a las personas con el cosmos.

Los satélites, esos «puntitos que no parpadean», captaban la atención de los viandantes

Astronomía Cercana, la empresa de Carlos, es mucho más que un proyecto profesional. Es una forma de vida. Como autónomo, se dedica al cien por cien a la divulgación astronómica, pues organiza sesiones en la provincia de Segovia y promueve el astroturismo. Mamen Sánchez, colaboradora para las grandes citas, comparte su pasión por acercar el cielo a la gente. Con camisetas distintivas y un enfoque cercano, el dúo ha convertido la astronomía en una experiencia accesible y emocionante.

Durante esa noche, no necesitaron permisos especiales ni grandes preparativos. Aunque consultaron con la Policía Local y el propio alcalde de Segovia, José Mazarías –con quien se encontraron en la calle–, si podían instalar telescopios, finalmente decidieron priorizar la movilidad y la espontaneidad. «Queríamos compartir, pero también disfrutar de nuestra propia inquietud», explica. El resultado fue un equilibrio perfecto entre divulgación y deleite personal.

Un cielo que une

Si bien el apagón causó muchos trastornos –que se lo digan a los cuatro alcaldes segovianos atrapados en un tren o a las numerosas personas que tuvieron que ser rescatadas de los ascensores–, también dejó momentos de conexión humana. Para Carlos y Mamen, fue una noche de encuentros afortunados, de compartir conocimientos y de redescubrir Segovia. Las fotografías que ilustran estas páginas, algunas ya publicadas en la página de Facebook de Astronomía Cercana, son testimonio de una experiencia que quizá no vuelva a repetirse.

En un mundo acelerado en el que las luces artificiales a menudo nos desconectan de la naturaleza, la noche del apagón recordó a los segovianos la belleza que se alza sobre sus cabezas. Como dice Carlos González, «fue una oportunidad». Una oportunidad para mirar arriba, para aprender, para maravillarse. Y, sobre todo, para soñar con un cielo lleno de estrellas.

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