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A las 11:00 horas los inscritos en la convocatoria de aspirantes a las 24 plazas de bombero con las que contará el servicio provincial de extinción de incendios estaban citados para comenzar el examen escrito, la primera de las cinco fases del proceso selectivo. Desde una hora antes, el entorno del campus María Zambrano –lugar de la celebración de la prueba– ya contaba con decenas de aspirantes, que con el paso de los minutos se convirtieron en cientos hasta formar una cola de varios metros que llegó hasta Coronel Rexach.
A las 10:45 horas se abrieron las puertas del campus y los aspirantes empezaron a entrar. La mayoría ya sabía en cuál de las diez clases preparadas para el examen tenía que entrar, aunque hubo alguno que tuvo que comprobarlo en los distintos carteles colocados en los pasillos. Apenas se veían rostros de nervios o tensión entre los interesados en las plazas de bombero. Tan solo se veían caras de preocupación en aquellos que llegaron justos de ahora a la convocatoria. Tenían hasta las 11:00 horas, el momento en el que se fue llamando, uno a uno, a los aspirantes a bombero para que ocupasen su sitio en la clase.
Entre los cientos de interesados en formar parte del servicio provincial de extinción de incendios se pudo ver a gente de numerosas procedencias. No solo había segovianos. De hecho, un alto porcentaje de los interesados procede de la Comunidad de Madrid, así como de otros puntos de España. «En los bomberos hay poco apego geográfico y mucha movilidad», comenta Jaime Pérez, diputado del área de Personal, quien añade que un porcentaje elevado de los opositores en Segovia se presentará también en los próximos meses a las convocatorias de otras provincias como Madrid o Valladolid. También hubo variedad en las edades, con jóvenes que buscan su primer empleo y otros más mayores que quieren una mejora del suyo. Entre los aspirantes también había alguna mujer, pero el número de hombres era mucho mayor.
Según ha informado la Diputación, se ha presentado más del 60% de los 890 inscritos en la convocatoria.
Sin incidentes se desarrolló una primera prueba que consistió en un examen tipo test en el que los opositores debían mostrar sus conocimientos teóricos sobre el temario planteado. Los suspensos quedarán fuera del proceso y los aprobados pasarán a la segunda ronda, una prueba física en la que tendrán que cumplir con las marcas mínimas en pruebas como la realización de dominadas, natación con buceo o velocidad, entre otras. De nuevo, aquellos que no superen la segunda fase quedarán eliminados del proceso selectivo.
La tercera fase consistirá en una prueba práctica en la que los aspirantes tendrán que demostrar su habilidad en el manejo de vehículos y de las herramientas propias de la actividad de bomberos. Los que aprueben la tercera prueba pasarán a una cuarta, una prueba médica en la que se comprobará que no tienen ningún impedimento físico para ser bombero. Todos los que pasen esa cuarta fase serán considerados funcionarios en prácticas y pasarán a la quinta y última fase, una curso de formación que durará dos o tres meses y que también es necesario superar para convertirse en funcionario de carrera. Los 24 que superan las cinco pruebas con mejor nota tendrán plaza en el servicio provincial de extinción de incendios, mientras que el resto de aprobados formarán parte de una bolsa de empleo.
El objetivo es que todo el proceso dure entre cuatro y seis meses, el tiempo también necesario para que la Diputación de Segovia ultime el mobiliario de los dos parques de bomberos construidos en Boceguillas y Quitapesares. El objetivo es que el servicio pueda estar en marcha a lo largo de 2025.
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