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Solo el 6% de los extranjeros que solicitan residencia lo hacen por motivos laboralesLas solicitudes de residencia realizadas por personas inmigrantes que quieren iniciar un proyecto de vida o pasar una temporada en Segovia se han disparado desde ... la pandemia. Tan solo en 2024 se concedieron más de 2.100 permisos a extranjeros, lo que supone 40 autorizaciones emitidas de media a la semana. Los motivos que llevan a los foráneos a viajar a España y establecerse a continuación en la provincia son muy variados, pero entre todos ellos sobresale el arraigo familiar y social. Apenas el 6% de los recién llegados visitan la ciudad y los pueblos segovianos por motivos laborales.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, junto al Instituto Nacional de Estadística (INE), analizan el fenómeno creciente de la inmigración en Segovia. Los datos publicados permiten elaborar una radiografía de las causas que llevan a los extranjeros a visitar por primera vez la provincia y, posteriormente, instalar su residencia en ella por un amplio o corto lapso de tiempo. Son cifras que se pueden conocer gracias al censo de población y al proceso de emisión de visados.
La tendencia en la recepción de personas foráneas permanece en ascenso al menos desde el otoño de 2020, justo después del confinamiento por el coronavirus. Ha habido algunos baches puntuales, pero en la actualidad las llegadas de nuevos habitantes procedentes de otros países continúan estables. El último trimestre de 2023 fue de récord al haber anotado la concesión de cerca de 550 permisos de residencia temporal que regulan la situación administrativa de los ciudadanos foráneos, mientras que a finales del año pasado se documentaron 492.
La mayoría de los que fijaron su hogar en Segovia a finales del año pasado, un 61%, lo hicieron para estar junto a su familia. Es decir, consiguieron la residencia al ser hijos o madres y padres de un español. Alrededor del 46% de los extranjeros justificaron la solicitud del permiso por el arraigo social (es necesario demostrar tres años de trayectoria en España y suficientes medios económicos), mientras que una mínima parte lo hicieron por necesidades laborales o de formación.
Estos motivos han evolucionado a lo largo del tiempo. Si bien es cierto que tener raíces sociales y estar integrado en la vida diaria de la provincia es el aspecto que ha empujado tradicionalmente las peticiones de residencia, cada vez adquieren más relevancia las concesiones que se entregan a aquellos que tienen familia asentada en algún municipio del territorio segoviano. La reciente entrada en vigor de la nueva Ley de Memoria Democrática, que permite conseguir la nacionalidad española con inscripción en Segovia a aquellos descendientes de exiliados que se marcharon del país hace más de medio siglo, también ha sido un incentivo en este proceso.
Por su parte, el arraigo laboral protagonizó sendas concesiones de autorizaciones en el verano de 2022 y en la época navideña de 2023, especialmente por parte de personas de entre 16 y 34 años, pero a día de hoy esta justificación ha caído en picado. El último trimestre del año pasado la provincia registró únicamente 15 permisos de residencia por motivos de trabajo, un 77% menos respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
La diferencia es muy amplia dependiendo de las nacionalidades. Las concesiones de visados que permiten la estancia en Segovia durante el tiempo de trabajo benefician sobre todo a empleados hondureños, colombianos, marroquíes, senegaleses o cubanos. La mitad de ellos ya contaba con una autorización anterior para desempeñar su profesión en territorio nacional y más de la mitad son hombres.
No sucede lo mismo con el arraigo familiar, cuyas solicitudes se han duplicado en doce meses. Tres de cada diez demandantes optan por esta vía en circunstancias excepcionales, mientras que otros son vecinos europeos y solicitan un permiso con un carácter temporal. Los colombianos vuelven a liderar el ranking de concesiones por este motivo, seguidos por los peruanos, hondureños, cubanos y marroquíes. La mayoría no contaba con visado previo, un hecho que se acrecenta en el caso de aquellos que alegan arraigo social.
Estas fluctuaciones tienen su reflejo directo en el sistema de la Seguridad Social, donde el 16% de los casi 66.000 cotizantes segovianos tienen origen extranjero, de acuerdo con el censo actualizado por el instituto estadístico. Sin embargo, los trabajadores inmigrantes no comparten unas mismas características con los españoles en términos de empleabilidad. Tan solo hay que echar un vistazo a la tasa de paro para comprobar que hay mayor proporción de desempleados entre aquellos ciudadanos activos que proceden de otros países (un 13%) en comparación con las nacionales, donde el indicador cae a la mitad.
Pero no todos los territorios se comportan del mismo modo. Hay casos en los que la población extranjera que está desocupada supera el 25%, lo que sucede en pequeños municipios como Montejo de la Vega de la Serrezuela o Labajos, pero también en otros más grandes -al superar los 300 habitantes- como son Codorniz o Bernardos. La tasa de paro de los residentes inmigrantes se desploma por debajo del 5% en Chañe, Roda de Eresma, Mozoncillo, Grajera y Vallelado.
El Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) confirma el equilibrio entre las personas foráneas que se dan de alta y las que no. Hay una distribución totalmente ecuánime, pero esto no siempre ha sido así. Hace dos años eran muchos más los recién llegados que estaban en situación de inactividad o paro (más del 70%) frente a los que ocupaban un puesto laboral.
Todo ha cambiado a lo largo de 2024, cuando se contabilizaron un total de 1.360 cotizantes frente a los 731 extranjeros que no estaban afiliados. Las personas de América Latina que han adquirido el permiso de residencia estos meses son los que mayor empuje dan al empleo en Segovia. El 80% de los hondureños que consiguieron autorización el año pasado para vivir en la provincia tienen un trabajo. Lo mismo sucede con el 72% de los originarios de Cuba o Paraguay, con el 65% de los ciudadanos peruanos o el 64% de los colombianos. Al contrario, la población inactiva o desempleada es mayoritaria entre las personas marroquíes, venezolanas o argentinas que obtuvieron un visado en el último ejercicio cerrado.
Más de la mitad de los extranjeros que encontraron un puesto de trabajo en 2024 fueron contratadas por tiempo completo y de forma indefinida. Una mínima parte -alrededor de un 15%- eran afiliados de carácter temporal o habían sido dados de alta por tiempo parcial. Un tercio de ellos eran mayores de edad no cualificados, lo que está seguido de los oficiales y especialistas. Tan solo una veintena de las personas que lograron un permiso de residencia temporal en Segovia eran ingenieros o licenciados.
Es por ello que las actividades económicas que sumaron más cotizantes son las relacionadas con los servicios de comidas y bebidas, como es la hostelería, que sumó a sus filas a más de 220 trabajadores durante 2024; el empleo doméstico y trabajadores del hogar; la agricultura y ganadería, otros servicios de empleo y la construcción. El resto de ocupaciones, como es la de comerciante, asistente en residencias o jardinería, también escalan posiciones pero quedan por debajo del centenar de afiliados a la Seguridad Social.
Son cerca 5.000 personas extranjeras y residentes en Segovia las que han obtenido la nacionalidad española desde 2009. La mayoría de ellas ha conseguido este título en un plazo de dos o menos años. Tan solo dos de cada diez inmigrantes esperan una década para lograr la resolución favorable. Esto se debe a que los requisitos que deben cumplir los adquirientes varían. Si bien es cierto que todos los candidatos deben tener buena conducta cívica y demostrar suficiente grado de integración, los plazos son diferentes.
A lo largo de 2023, último año del que el OPI tiene datos, el 28% de los 603 nacionalizados tan solo tuvo que esperar unos meses al haber nacido en territorio nacional o haber contraído matrimonio, así como ser descendiente, de un español. Gran parte de ellos eran originarios de Marruecos. Por otro lado, casi la mitad de los que consiguieron el título lo hicieron al pertenecer al grupo Iberoamércia plus, que exige dos años de residencia legal y continuada a los aspirantes; y una mínima parte -el 20%- logró la nacionalidad después de una década de residencia, entre los que sobresalen ciudadanos de Marruecos y Bulgaria.
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