Valladolid

Dámaso abrirá el bar de la Pérgola en marzo de 2026 y diseña otro cerramiento para la terraza

«No tenía sentido comenzar con los trabajos en verano, además el Ayuntamiento ya tenía reservado el espacio para los bailes de mayores, actos de las fiestas y para una programación de la Casa de la India; vamos arrancar en septiembre para no entorpecer», concreta el empresario. Según explica el chef, las instalaciones tienen en este momento siete kilovatios para dar energía al bar mientras que para la cocina y otros elementos que se plantean en su proyecto «hacen falta entre 30 y 40», según aclara.

Vergara se lo toma con cierta deportividad. «Estas cosas pasan, el bar lleva así muchísimos años y hay que ponerlo en condiciones», destaca al tiempo que subraya que mantiene intacta la ilusión por el reestreno a pesar de este contratiempo.

Su idea es iniciar la actuación cuando concluyan las fiestas de la Virgen de San Lorenzo y poder dar servicio a los clientes a partir de la próxima primavera. Será necesario llevar hasta el bar una línea eléctrica que garantice el suministro, una operación para la que hay que contar los permisos del operador y que tiene que tener también las bendiciones municipales al tratarse de un espacio verde protegido. En principio, el hostelero estima que entre septiembre y marzo puede estar concluida la obra al completo.

Al mismo tiempo, Dámaso Vergara avanza que ya ha descartado el modelo de cerramiento que tenían previsto para proteger a los clientes ante las inclemencias meteorológicas. Eran como una especie de iglús formados por hexágonos. «Era un material que a mí me parece que no iba a dar resultado, principalmente por el plástico; uno de los problemas que nos surgía era el tema de los animales, si iban a picar el plástico», señala.

De momento, es el arquitecto vallisoletano Alberto Martínez Peña, responsable del estudio NoMade, el que está trabajando en el nuevo diseño. «Me gusta mucho las cosas que hace en entornos naturales», destaca el cocinero, quien recuerda que este profesional tiene entre sus obras, con las que ha cosechado numerosos premios, el Centro del Urogallo, situado en la localidad leonesa de Caboalles del Valle, cerca de Villablino. Vergara acota que, de momento, no hay nada sobre la mesa, aunque no descarta que la madera y el cristal puedan ser los materiales de los futuros cerramientos de la zona de terraza del bar.

El contrato de esta concesión del espacio municipal en el Campo Grande por un plazo de diez años, prorrogable hasta los quince, se formalizó el pasado mes de mayo. Vergara, que dobló el importe del canon que pedía el Ayuntamiento para quedarse con la explotación del emblemático enclave -de 130.137 euros a 260.260 por diez años- tiene previsto emplear hasta 25 trabajadores dependiendo de la temporada.

Su idea es abrir todo el año, ofrecer una carta de raciones clásicas con su toque personal a unos precios que sean asequibles para la gran mayoría y completar el servicio hostelero con una programación de actos culturales, conciertos y exposiciones que llenen de vida el que es uno de los lugares más reconocidos del jardín histórico. Para ello contará con la colaboración de una empresa de Madrid especializada en la organización de este tipo de eventos.

El actual bar se destinará íntegramente a alojar la cocina y se plantea que cuente con unas barras móviles desde donde se servirán las consumiciones a los clientes. El edificio principal tiene una superficie de 103 metros cuadrados mientras que los tres sectores de la pérgola suman otros 390. A eso se añade el escenario y los baños. La reforma afectará al conjunto de las instalaciones para ponerlas al día.

Este imprevisto en el suministro eléctrico mantendrá cerrado por cuatro verano consecutivo uno de los espacios del Campo Grande más querido por los vallisoletanos, aunque en nueve meses recuperará la actividad con una oferta ya para todo el año.