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Un cónclave histórico por la elección y el propio acontecimiento, pero también por la vinculación de todo el proceso del sucesor del apóstol Pedro. La ... asamblea cardenalicia concluida este jueves con la elección del Santo Padre León XIV ha tenido contado con un carisma especialmente vallisoletano: tanto por las relaciones que predecesor y antecesor tuvieron con la capital vallisoletana como por todos los intervinientes amén de cuando se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina de San Pedro del Vaticano. Y es que el carisma vallisoletano también estuvo presente con el discernimiento, sus pensamientos y sus reflexiones, alrededor de la Iglesia Católica del presente y del futuro «con convencimiento y principios» de nombres propios de tres cardenales con vínculos vallisoletanos como son los monseñores Ricardo Blázquez Pérez, Aquilino Bocos Merino o Ángel Fernández Artime en un momento donde se da la circunstancia de que el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ejerce el cargo de presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Blázquez y Bocos estaban especialmente unidos al Papa Francisco habiéndoles nombrado él cardenales de la Iglesia Católica, pero manteniendo estrechos vínculos de trabajo e incluso de amistad. Dos perfiles con más de 80 años de edad y, por tanto, sin derecho a voto ni a poder ser elegidos en el cónclave, pero ambos especialmente activos en las reuniones preparatorias con unos mensajes de todos los purpurados con incesantes llamadas a una paz justa y duradera más en los actuales desafíos a los que se enfrenta la humanidad. También en relación a la situación eclesial de los cinco continentes, la herencia del pontífice Jorge Mario Bergoglio y el peregrinaje hacia el futuro.
Los dos cardenales participaron en las reuniones con escucha pero también interviniendo en mensajes que son secretos, que no han trascendido, pero donde sus años de misión han aflorado. Es el caso del cardenal Blázquez, quien se muestra convencido de que continuarán los fuertes argumentos de Francisco de cuestiones como la misericordia, la sinodalidad o el cuidado y protección de los menores ofreciéndole al tiempo su «profundo afecto y colaboración». Bocos, de la localidad vallisoletana de Canillas de Esgueva, que fue superior de los Misioneros Claretianos, por su parte, consideró a este periódico que el camino de la Iglesia debe proseguir por el sendero de Francisco, «un Papa íntegro, coherente, evangélico y una persona preocupada y pendiente de que la Iglesia viva evangélicamente y de que los hermanos vivamos como hijos de Dios, donde la paz sea un auténtico principio de vida». Una paz en el mundo, como insistió Bergoglio en innumerables ocasiones, que coincide plenamente con las primeras palabras pronunciadas por León XIV en unos mensajes clarividentes de alejarse de la violencia y acercarse al necesitado.
Otro de los intervinientes, éste sí con derecho a voto y a poder haber sido elegido en el cónclave fue el salesiano Ángel Fernández Artime, un asturiano que estudió en la Universidad de Valladolid y con un carisma entre sus compañeros religiosos y entre los jóvenes que dejaron huella en la ciudad. El paso por la capital de este cardenal durante la etapa de estudios de Filosofía resultó especialmente fructífero tanto para su formación personal como para su convivencia entre los salesianos del barrio de Pajarillos. Una comunidad que estos días ha dedicado muchas horas a recordar la figura de este religioso, algunos conociéndole a través de lo escuchado por ahí y otros poniendo en común momentos que vivieron juntos desde finales de los 70. Su estancia en Valladolid configura los primeros años de vida religiosa de este asturiano junto a sus primeros años en Luanco hasta su actual etapa vaticana, desde que el Papa Francisco le nombró en 2023 cardenal y posteriormente -en 2025- proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Una vida dedicada a la congregación por lugares como Santiago de Compostela, Avilés, Orense o Buenos Aires, donde tuvo la oportunidad de conocer y hacer amistad con el propio Papa Francisco. En su currículo destaca que en 2014 fue elegido rector mayor por el Capítulo General de los Salesianos, cargo que ostentó durante una década convirtiéndose así en el décimo sucesor de don Bosco, el tercer no italiano y el primero español, y también fue gran canciller de la Universidad Pontificia Salesiana.
«Trabajador diligente y comprometido»
Fernández Artime es uno de los 13 cardenales españoles de la Iglesia Católica en la actualidad y uno de los cinco españoles que ha participado en el cónclave celebrado esta semana. Sin duda, un religioso «especialmente trabajador, diligente y comprometido», recuerda uno de sus hermanos de la residencia de los Salesianos en la ciudad que abrió sus puertas en 1971, hace más de medio siglo, y uno de sus primeros moradores fue precisamente el cardenal para estudiar pero también entregado a la disciplina salesiana, más de este centro y con las singularidades de este barrio dado que, como destacan desde la comunidad, en este casa desarrollan diferentes proyectos socioeducativos y pastorales al servicio de la educación integral y la evangelización de la infancia, juventud y familias, especialmente aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, de los barrios de Pajarillos, Las Flores y de otras zonas limítrofes. Un carisma que va en la línea de lo promulgado por el pontífice Jorge Mario Bergoglio y que ahora parece tendrá continuidad con el nuevo papa, el fraile agustino norteamericano con raíces españolas.
El paso de este sacerdote por la casa vallisoletana «fue bastante rica», comenta el director de la Comunidad de Salesianos de Valladolid a El Norte de Castilla, José María Blanco, quien compartió nueve años «de trabajo y amistad» cuando él fue el máximo responsable de la Inspectoría de Santiago el Mayor, demarcación territorial que abarca Valladolid, Palencia, León y Zamora junto con Asturias y Galicia. Un periodo «muy fructífero» donde Fernández Artime dejó «una huella muy buena»: «Ángel es una persona muy cercana, muy acogedora, muy humana, sin distanciamientos con los demás y siempre transmitiendo gran alegría».
Y junto a Blázquez, Bocos y Artime está el prelado vallisoletano, Argüello, que ve la elección de León XIV como «un nuevo don». Cabe destacar que el actual presidente de la CEE ha coincidido con el cardenal Prevost hace poco más de un mes en la mismísima plaza de San Pedro del Vaticano. También Luis Argüello asistió -en 2008- al acto académico con motivo del 40 aniversario del Estudio Teológico Agustiniano junto al entonces arzobispo, Braulio Rodríguez. Así, Argüello considera a León XIV como un convocante de «verdaderos voceros y edificadores de la paz».
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