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«Criminal bombardeo de la aviación roja». Así tituló El Norte de Castilla la noticia del bombardeo del 25 de enero de 1938 en Valladolid. ... Unos quince aviones Tupolev SB-2, en vuelo rápido, descargaron sobre la ciudad siete toneladas y media de explosivos. El ataque afectó especialmente a los talleres de la Estación de Ferrocarril y a los depósitos de municiones situados en las inmediaciones; pero no fueron los únicos edificios afectados. Aunque no fue el bombardeo más duro que sufrió Valladolid durante el conflicto, sí fue el más sorprendente: a esas alturas de la Guerra Civil la ciudad se encontraba muy alejada de los principales escenarios bélicos. Aquel bombardeo dejó 14 muertos y 70 heridos en una ciudad que contaba entonces con unos cien mil habitantes.
Cuatro meses después de aquel día, en mayo de 1938, el abogado y procurador de los tribunales Luis Calvo Salces solicitaba al Ayuntamiento una licencia para reparar los daños «que la Aviación roja me causó con sus bombas en los miradores de las casas de mi propiedad sitas en la calle Muro número 18 y 20 en su último bombardeo», motivo por el que pedía que la reconstrucción estuviera «exenta de derechos». El inmueble del número 20 data de principios del siglo XX. En 1912, el maestro de obras Camilo Guzmán pedía la correspondiente licencia municipal para construir una casa de nueva planta en un solar de la calle Muro, entonces sin número. El propietario del solar era el farmacéutico Gustavo García y García de Samaniego quien, un año antes, se había hecho cargo de la farmacia de su tío Juan García Gil, en Fuente Dorada, «una de las principales» de Valladolid.
Sobre aquel solar de 236 metros cuadrados se levantó este inmueble realizado con mampostería, ladrillo y zócalo de sillería de Villanubla. Este edificio, cuya fachada difiere en numerosos detalles del diseño original, fue vecino del «formidable» refugio antiaéreo en el que, al parecer, tuvo sus oficinas el Servicio de Seguridad Interior y Orden Público durante la Guerra Civil; bajo el hoy desaparecido inmueble que hacía esquina con la calle Bailén, en el número 16 de la calle Muro. En 1963 aquel inmueble era propiedad de Valeriano González Martín. El actual edificio, construido por el promotor inmobiliario y expresidente del Real Valladolid a finales de los años sesenta, Antonio Alfonso, se lo llevó por delante.
Valladolid fue la sexta ciudad de la retaguardia más bombardeada después de Córdoba, Palma de Mallorca, Granada, Ávila y Sevilla. El inmueble del número 20 de la calle Muro fue uno de los varios damnificados que aún permanecen en pie en la ciudad.
La fuente vallisoletana que abasteció a cinco batallones del Ejército francés.
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