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Javier Leiva, uno de los pasajeros que no pudo coger su tren, en la oficina improvisada que instaló en la estación de Campo Grande. Carlos Espeso

La estación de tren de Valladolid, hogar de pasajeros que esperan regresar a casa

La estación Valladolid-Campo Grande ha permanecido abierta durante toda la noche para que los viajeros atrapados en la ciudad pudieran pernoctar

Martes, 29 de abril 2025, 07:14

Resultaba inquietante entrar a la estación de tren Valladolid-Campo Grande a eso de las 21:30 horas de la noche. El acceso para vehículos particulares estaba impedido por una valla que impedía el paso. Decenas de policías nacionales y municipales se mezclaban con trabajadores de Adif y Renfe a la vez que Cruz Roja montaba mesas que minutos después estarían repletas de botellas de aguas y dulces. En ese momento la estación ferroviaria de Valladolid esperaba la llegada de más de 400 pasajeros que durante el apagón del suministro eléctrico que ha afectado a toda la península han estado varados más de diez horas a escasos kilómetros de Cabezón de Pisuerga. Un tren que nunca llegaría a la estación de Valladolid y que terminaría por ser remolcado hasta León una hora después.

A esa misma hora el interior de la estación ferroviaria de la capital vallisoletana se antoja extraño. Sin el ruido incesante de maletas, ni circulación de pasajeros y sin ningún movimiento en las pantallas que anuncian las salidas y llegadas. A penas una decena de personas de Renfe y otras pocas de Adif deambulan por la estación sin ofrecer información a nadie porque aunque hay decenas de preguntas no hay pasajeros.

Efectivos de Cruz roja preparan las mesas con bebida y alimentos para los viajeros que se disponían a pasar la noche en la estación de tren de Valladolid. Carlos Espeso

Entre un halo de misterio, algunos pasajeros atrapados ocupan el suelo de la estación. Javier Leiva improvisaba una especie de oficina con ordenador portátil, enchufado a la corriente de la estación, y libros y libretas por el suelo. «El apagón me ha pillado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid. Llegué ayer para un congreso aquí en Valladolid y me volvía hoy a las 15:50 horas de la tarde a Madrid-Chamartín. Soy de Torrejón de Ardoz y por razones obvias mi tren no ha salido», detallaba el joven.

«No me han ofrecido ninguna solución. Supongo que si mañana hay suerte podré volver a casa. No he podido avisar a mis padres porque el teléfono no da señal y los mensajes tampoco llegan así que supongo que estarán preocupados por mí», confesaba Javier Leiva. Con un escritorio improvisado en el suelo y armado de paciencia, prevé pasar la noche en la estación. «La espera se hace larga y aburrida. He decidido avanzar con alguna cosilla de trabajo. Me quedaré aquí por la noche, en un rato iré al baño y me pondré el pijama para estar más cómodo y mañana por la mañana poder coger el primer tren a Madrid. Eso si hay trenes», sentencia.

Quienes dormirán en casa después de casi 8 horas en la estación de Valladolid son Paula Pérez y María Nieto, que venían desde Oviedo en dirección a Ávila, donde ambas estudian. «No hay tren directo y tenemos que hacer transbordo en Valladolid. Hemos llegado hasta aquí sin problema y a las 13:00 salía el tren a Ávila», explica las dos amigas que confiesan haber vivido «momentos de incertidumbre al estar completamente incomunicadas con nuestras familias».

«Nos vienen a buscar ahora desde Oviedo para llevarnos a casa y esperar allí a que se restablezca la situación ferroviaria y poder ir a Ávila cuanto antes porque mañana empiezan las clases en la universidad», explicaban las jóvenes que aguardan en el suelo de la estación. «En un principio habíamos pensado en quedarnos en un hotel barato pero no teníamos efectivo suficiente entre las dos porque todo lo pagamos con el móvil», relatan.

El reloj de la estación Valladolid-Campo Grande marcaba las 22:30 horas de la noche cuando el personal de Adif y Renfe informaba que el tren varado de Cabezón de Pisuerga que tenía prevista su llegada a la capital vallisoletana finalmente se remolcaban hasta León. Javier Álvarez, que atendía a El Norte de Castilla una hora antes de esta noticia, llegaba a Valladolid con el objetivo de rescatar a su mujer y a su hija. «He hablado con ellas por teléfono y me han dicho que iban a remolcar el tren y traerlo hasta aquí pero por ahora no saben nada más», explica. «Me he hecho tres horas en coche desde Asturias para que ahora los lleven a León», sentencia.

Quienes sí conseguía llegar, en torno a las 23:15, a la estación ferroviaria de Valladolid eran los 160 pasajeros que han permanecido atrapados diez horas a la altura de Venta de Baños con el objetivo de que les distribuyesen en hoteles de la ciudad durante esta noche.

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